Semana de la Eucaristía. Meditación, miércoles 10 de marzo de 2021

Santa Teresa de Calcuta.

“La Eucaristía nuestra gloria y alegría. La Santa Misa es nuestra oración continua, en la cual nos ofrecemos con Cristo para ser partidos y distribuidos a los más pobres. La Eucaristía es nuestra gloria y alegría, y encierra el misterio de nuestra unión con Cristo”

A la India llegó, desde el exterior, una jovencita para unirse a los Misioneros de la Caridad. En la comunidad de los misioneros de la calidad rige una norma que indica que, al día siguiente de su llegada, los “nuevos” tienen que visitar el Hogar para los moribundos. A así fue que la madre Teresa le dijo a esa joven: “Durante la Misa has visto con cuánto amor y cuidado tocaba el sacerdote a Cristo en la Santa Hostia. Haz lo mismo cuando vayas al Hogar de los Moribundos, porque encontrarás al mismo Jesús de la Santa Hostia en los destruidos cuerpos de nuestros pobres”.
La Iglesia nos ha encomendado el gran apostolado de cuidar a los pobres tanto material como de corazón y de llevar a Cristo al corazón de todos. Tenemos que acercarles a Jesús. Pero mientras no lo poseamos, no lo podemos dar. Es por eso por lo que necesitamos de la Eucaristía. Es cierto que cuidar del prójimo es difícil. Pero no puede ser de otra forma. No se trata sólo de ayudar en la pobreza material, sino de la pobreza de vivir permanentemente rodeado de gente que sufre, de moribundos, de necesitados de ti. Sólo la Eucaristía, sólo Jesús, puede darnos la alegría suficiente como para realizar nuestra tarea con una sonrisa.

“La Misa es el alimento spiritual que me sostiene, sin el cual no podría vivir un solo día, una sola hora de mi vida. En la Misa está Jesús bajo la forma del pan, mientras que en los barrios bajos vemos a Cristo y lo tocamos en los cuerpos lastimados, en los niños abandonados”

Propósito: Ayudar a los pobres de corazón, a los necesitados de tu cariño y de amor.

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