Invitar a un familiar a una celebración cristiana

La práctica cristiana que este mes nos propones nuestros sacerdotes es invitar a un familiar a una celebración cristiana.

Todos somos conscientes que a la Iglesia le aguardan tiempos difíciles y que hoy en día no hay lugar a salvo donde ser cristiano. Vivimos una época nueva, la de las comunicaciones, y en la que paradójicamente es cuando más desconocemos qué le pasa a la persona que tenemos al lado nuestro. Una época donde la sociedad disuelve las relaciones entre la gente y en la que se fomenta el individualismo en todos los ámbitos del ser humano. Así pues, en nuestras parroquias estamos llamados a configurarnos como “arcas de Noé”.

¿Qué oportunidad encontramos en el arca? La generación de nuevas relaciones. Lo que entra en el arca son familias e individuos que relacionados entre ellos se sostienen en la fe y tienen la ilusión de tocar al que encuentran y hacerle partícipe de la grandeza de lo que vivimos.

Las relaciones que seamos capaces de generar serán puentes hacia Dios. Normalmente nos acercamos a Dios relacionándonos primero con las personas de la familia de Dios, por ello, tenemos que tener la iniciativa de invitar a nuestras celebraciones cristianas a miembros de nuestra familia y amigos más cercanos, en especial aquellos que sufren cambios turbulentos en sus vidas puesto que la religión y la fe les confortará.

Texto del Evangelio

Jesús dijo a sus discípulos:

«No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca». (Lc 6,43-45)

Práctica

  • Tu familia cercana es la mejor forma de comenzar a invitar, ellos te conocen y confían en ti y esto les ayudará a poder relacionarse en nuestra parroquia.
  • Invita un domingo a un hijo de tu familia a pasar el día con vosotros, y celebra en familia un día del Señor especial. Este niño podría convertirse en enviado de Jesús en su casa.
  • Las personas tienen en sus vidas momentos singulares en los que se encuentran más abiertas al encuentro con Dios. Seamos sensibles a los estados del alma (en una muerte, un despido laboral, un problema familiar, una enfermedad, etc.) para ser luz en el camino de nuestros seres queridos.
  • Evita el error que a menudo comentemos de decir “no” por otros.
  • Nuestra colaboración y vinculación a los diversos grupos o actividades de la parroquia facilita a las personas que se acercan que sean acogidas.

Puedes leer también:

Práctica cristiana: Rezar un misteri del Rosario por otra familia

Práctica cristiana: Visitar el Santísimo

Práctica cristiana: Leer la Palabra de Dios

Práctica cristiana: Ver una película en familia

Práctica cristiana: Rezar por alguien que sufre