Nuestro seminarista Antonio comparte con nosotros la meditación correspondiente al día de hoy.
Viernes X del Tiempo Ordinario (12-6-2020)
“Tu rostro buscaré, Señor”
“No me escondas tu rostro”. Pocas palabras más hacen falta para este día. Este salmo 26 debería bastarte para meditarlo una y otra vez, repetir pausadamente en silencio orante cada versículo, “rumiar” las palabras, como se decía de los monjes medievales.
“Oigo en mi corazón: buscad mi rostro”. Vete a la fuente que mana el agua que sacia tu sed de amor. Búscala, escala a esa cueva del Horeb, a ese lugar recogido en donde puedas oír la voz del Señor. Todos necesitamos un corazón cautivo del Señor, que no busque el rostro de los hombres sino es para ver a Cristo en los hermanos. Pero para eso detente: ¿oyes su voz? ¿Lo has encontrado?
El Señor se presenta en el momento propicio, cuando nosotros lo necesitamos de verdad, ejercitándonos en la espera y la paciencia. Es difícil oír su voz porque es como el susurro de una brisa, por eso hace falta un corazón cautivo. La primera lectura te adelanta lo que te dirá: “¿Qué haces aquí, Elías?” ¿Qué haces tú aquí? Puede que no sepas que contestarle. Sigue leyendo: “ardo en celo por el Señor”. Busca y encontrarás, halla su rostro y recibe el impulso para anunciarle lleno de amor.
Antonio, seminarista
Descargar: Meditación Viernes X Tiempo Ordinario (12-6-2020)
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