Meditación. Martes Santo 2020

Nuestro seminarista Rafael comparte con todos nosotros la meditación correspondiente a hoy Martes Santo.

Martes Santo 2020

“Daré mi vida por ti”

Durante estos días nos puede venir a la mente el mismo pensamiento que a veces tenía Israel, el pueblo elegido por Dios “en vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas.” Y es que nuestra oración puede volverse árida, pues nos falta la facilidad del sagrario, hay multitud de distracciones, surgen tareas que parecen muchísimo más “urgentes”… Sin hablar de nuestros pecados “cotidianos” o de las noticias, que pueden turbar nuestra fe. Ver la oración como algo “inútil”, estéril, costoso o agitado es una tentación más cercana de lo que nos parece.

También en aquella cena había gran turbación y desaliento “uno de vosotros me va a entregar”. También a Pedro le costaba “seguir” o comprender a Jesús “Señor,¿adónde vas?” Y también, como el apóstol, recordamos nosotros todas las veces en que le dijimos“de corazón ”al Señor“ daré mi vida por ti” Y al momento nos vemos negándole o pasando de Él en los pequeños detalles que nos pide.

Sin embargo, ¡ésta no es la palabra final! Escuchamos hoy al Señor que nos dice “tú eres mi siervo”, “te hago luz de las naciones”. Y repetimos en el salmo “mi boca contará tu salvación”. ¿Cómo es posible? La clave, nos la da el Evangelio “Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús”. Juan, “apoyándose” en su pecho, escuchó los latidos acelerados que el Corazón de Cristo sintió por Judas, y Juan fue el único apóstol que después pudo acompañar a Jesús hasta el final de su Pasión.

Pues bien, esta es la respuesta. Sólo si permanezco recostado en su pecho, sólo si persevero en el tiempo de intimidad con Cristo, poco a poco, iré escuchando sus latidos. Latidos de compasión que siente hoy por cada persona que sufre, latidos desgarradores por cada hombre que le rechaza, latidos de amor que siente hoy por ti. Esta Semana Santa, si de veras buscas reclinarte en su Corazón, podrás acompañarle en su camino, y escuchar de sus labios con verdad “daré mi vida por ti”.

Rafael, Seminarista

Descargar : Meditación Martes Santo 2020.pdf

El discípulo amado, Kiko Argüello


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