Testimonio sobre el Oratorio de adultos

Como seguramente sabéis, recientemente ha comenzado un nuevo grupo parroquial el ‘Oratorio de adultos’ que busca enseñar una forma de oración de y acercarte al Señor. Son los martes de 7 a 8 de la tarde en la capilla de abajo.

Ana Luisa, que forma parte de este grupo, ha querido contarnos su experiencia. ¡Muchas gracias!

Testimonio

¿Para qué me sirve rezar?
Rezar no cambia nunca las cosas, pasa lo que tiene que pasar…y punto.
Creo que rezo mal porque Dios no me da lo que pido.

¿Quién no ha pensado este tipo de cosas alguna vez? Si es tu caso, y quieres dar respuesta a estas preguntas, quizás deberías unirte al Oratorio de Adultos, que comenzó su andadura hace justo un mes en nuestra parroquia.

Todos sabemos que la oración es uno de los pilares básicos de la vida cristiana, nos lo dice el Catecismo y nos lo recuerdan los sacerdotes continuamente, entonces… por qué nos cuesta tanto llevarlo la práctica….

Pues para eso, para que no le demos más excusas a Dios, ahora tenemos la oportunidad de “aprender” a comunicarnos con el Señor de otro modo. De la mano de Rebeca estamos aprendiendo a orar a través de la lectura del Evangelio. Ella siempre nos dice que cada una de las letras de cada versículo tiene su importancia y significado. Con ella estamos aprendiendo a releer, interpretar y meditar, y a convertir todo ese proceso en un diálogo con Dios.

¿Cómo?

Con la ayuda del Espíritu Santo, con los oídos limpios, dejando que la Palabra viva se abra hueco en nosotros y, con un poco de suerte, se nos quede dentro de nuestro corazón.

Cada martes Dios nos habla a cada uno de nosotros de un modo distinto, y esa conversación se convierte en una onda expansiva que dura hasta la siguiente semana. La oración activa un mecanismo transformador de todos nosotros y de la realidad que nos rodea. Pero no cuando nosotros queramos y como a nosotros nos convenga. Él sabe lo que necesitamos en cada momento.

“Orarás a Él y Él te oirá”. Job 22, 23.
Ana Luisa

Puedes leer también:

La Trinidad. Autor: Andrei Rublev . Témpera (hacia 1411-1425).
Galería Tretiakov, Moscú, Rusia.