Hoy día de Viernes Santo publicamos la mediación que nos ha compartido nuestro seminarista Antonio. Que a todos nos ayude a estar con el Señor en este día.
Viernes Santo (10- 4 – 2020)
“¿Y, ¿qué es la verdad?”
Detente ante su rostro ¿Qué ves? “He aquí al hombre” te dice Pilatos. “Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos […] lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado”. Es el rostro ensangrentado de Cristo, desfigurado por tus golpes, tus latigazos, tus espinas…
Un hombre, un Dios, el Hijo de Dios dando la vida por ti, por mí, por el peso de nuestros pecados. “Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca […] Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron”. ¡Que acto de generosidad! ¡Dios clavado en esa cruz por mí! Es el acto más importante de toda la historia… ¿Y a quién le importa? Fuera de Jerusalén, ¿Quién lo sabía?
Cristo muere hoy en la cruz ante un mundo que le aparta la mirada, que quiere silenciar este acto de amor hasta el extremo. “¿Qué es la verdad?” Nuestros ojos están fijos en esta pandemia y parece que Jesús está fracasando porque no devuelve a muchos enfermos la salud. Mira a la cruz y recuerda que el mayor mal no es si tenemos salud o
no, ante lo cual estamos en manos de Dios. El mayor mal es el pecado, tu pecado, que el día que mueras, de una manera u otra, te bloquea el paso a la vida eterna.
Jesús amó hasta el extremo, sufrió hasta el extremo, fue desfigurado hasta el extremo para poder estar hoy crucificado junto a los enfermos y los agonizantes, como también lo ha estado junto a los que ya han muerto. A los que no han recobrado la salud, Él les ha prometido que pasarán a la Vida eterna, porque “sus cicatrices nos curaron”. Hoy también está crucificado junto a ti. Enfermos o no de salud, recordemos que estamos
enfermos del pecado que clava a Jesús en la cruz, pero “mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos”. Por su muerte nos llega la salvación, la esperanza del perdón de los pecados. Besa hoy un crucifijo en tu casa, y agradécele a Jesús que te haya asegurado la salvación, porque te amó y se entregó por ti.
Antonio, seminarista
Descargar : Meditación Viernes Santo 2020.pdf
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