El pasado fin de semana, del 25 al 27 de abril de 2025 , un grupo de la parroquia disfrutó de unos días dedicados al Señor, realizando los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola impartidos por nuestro sacerdote Rafael.
A continuación algunas fotos y una frase, que los participantes han querido compartir, describiendo su experiencia de estos días. ¡Gracias!
En plena celebración de Pascua unos ejercicios muy bien dirigidos y muy originales que apoyándose en San Ignacio apuntaron al centro de lo que llevaba en mi corazón justo antes de empezarlos , que a decir verdad, me traigo como prolongación personal, y que ya desde el Evangelio de ese mismo viernes me removió, » No se atrevían a preguntarle porque sabían que era Él » Yo lo escuché como que no se atrevían a acercarse a el, a reconocerle entre ellos, o algo parecido. Así seguí y viví los ejercicios. Al final me ayudó el padre Rafael dirigiendo mi mirada al bueno de Pedro y celebrando el Domingo de la Misericordia. Gracias. Francisco.
Un tiempo personal, del que a diario carezco, para recordar que Dios me cuida y me sostiene. Para hablar con Él, igual que el hijo habla a su padre, a través del diálogo de la oración. José
«Días de mucha paz y vivir la experiencia interna de un Cristo vivo y presente en nuestra vida sin un encuentro personal con Él, nuestra fe puede vacilar» Marisa
El fin de semana ha transcurrido a la vez en silencio y en compañía. El silencio necesario e imprescindible para centrarse en el Señor pero a la vez acompañada por los otros compañeros que estaban viviendo los mismos ejercicios y por el padre Rafa que ha sabido crear un ambiente de cálida acogida para todos nosotros. ¡Gracias por estos días! Isabel
Respecto a las palabras del Padre Rafa que a mí mas me han llamado la atención diría principalmente una cosa: los ejercicios no son magia, cuando volvamos a casa tendremos las mismas luchas, las mismas tentaciones, y los mismos pecados, pero si salimos con una luz y una mirada diferente los ejercicios habrán sido fructíferos. Mª Pepa
Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Puedes negarme mil veces , puedes negarme toda la vida, pero nunca te olvides de amarme, no me prives nunca de tu amor. Señor, tu lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Teresa.
Me viene a la cabeza un pasaje de la biblia en el que San Pedro le dice a Jesús: Señor ¡Qué bien se está aquí! Si quieres haré tres tiendas: una para tí, otra para Moisés y otra para Elías.
Pues esa es mi experiencia en estos ejercicios.
Señor, ¡qué bien se está aquí! Y es que cada vez que nos acercamos a Jesús, todos los problemas se hacen más pequeños y encuentras la fuerza que necesitas para seguir adelante con el día a día. Y esas brasas que tenemos dentro y que encienden la llama del amor, se remueven y vuelve a aparecer esa llama de amor que nos tiene unidos a Dios y que muchas veces con la rutina se acaba haciendo más pequeña. Mª Mar
Estos días de silencio y oración, para mi han sido días de una relación muy íntima y personal con Cristo Resucitado. Elena
Estos ejercicios pascuales me han hecho reconocer y reflexionar sobre como el Señor me ama sin guardarse nada, sobre cuántos bienes he recibido a lo largo de mi vida , y como para resucitar con El tiene que haber cruz. Si me quedo con un momento es Jesús esperando a Pedro en la orilla del mar de Galilea con las brasas preparadas y un pez sobre ellas y pan. Pilar
Me he encontrado con un Dios vivo que nunca se aparta de mi lado. En medio del silencio he vuelto a recordar que el amor de Dios es eterno, que no existe una noche eterna y que es Él quién nos ilumina hoy, mañana y siempre. Yessica
Un fin de semana con la mirada puesta en el Señor, para llenarme de Él. Agradecida de haber podido disfrutar de estos días de encuentro con Cristo vivo y por sentirme tan amada y cuidada por Él. Laura


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