El pasado fin de semana, del 21 al 23 de marzo de 2025, los jóvenes profesionales tuvieron su convivencia anual. Han querido compartir algunas fotos y Andrea nos aporta su testimonio. ¡Gracias!
Se llevó a cabo la convivencia anual con el propósito de fortalecer la comunidad y compartir momentos de encuentro con Dios. En esta ocasión, también participaron los hijos de algunos congregantes, enriqueciendo la experiencia.
El fin de semana estuvo marcado por momentos de fraternidad, desafíos y la búsqueda de Dios en lo inesperado. Las actividades comenzaron el viernes con la celebración de la Eucaristía y una velada amena. El sábado inició con diversos juegos organizados, seguidos por un congreso centrado en el tema «Aprender a vivir la Cruz: ¿Cómo llevar mi cruz y la de otros?», lo que dio a un tiempo de reflexión sobre el camino de fe y el acompañamiento mutuo. La jornada concluyó con una noche de cine.
El domingo amaneció con una vista muy blanca pero esto no impidió que Dios fuera el centro en su día y por ello, se tuvo una mañana de retiro. La convivencia fue un reafirmar la importancia de caminar juntos en la fe, comprendiendo las historias y circunstancias de cada miembro. Como recordatorio central, resonó la frase de San Agustín:
«La VIDA desciende para hacerse matar:
el PAN desciende para tener hambre;
el CAMINO desciende para fatigarse andando;
la FUENTE desciende para sentir la sed;
y tú, ¿vas a negarte a sufrir?»
Andrea Cervantes.

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