Del 12 al 17 de agosto, catorce familias —más de sesenta personas, entre adultos y más de treinta niños— vivimos una experiencia que quedará grabada en el corazón: el FamiliON en Covadonga, o el AsturiON haciendo alusión al lugar. Cinco de esas familias eran de la parroquia San Juan de Ávila, y junto a ellas participaron también alguna familia de Asturias, familias de Villanueva, de Comunión y Liberación y de Wellgate. Nos acompañaron el padre Jaime, el padre Víctor y Enrique, el diácono, que hicieron de estos días un regalo aún mayor. Fueron jornadas de fe, comunidad y descanso, donde la Virgen de Covadonga nos acogió como Madre y nos enseñó a vivir como una gran familia de familias.
No estuvimos solos: un grupo de jóvenes universitarias nos ayudaron con alegría y entrega cuidando de los niños, y un equipo de cocineras voluntarias de la parroquia nos alimentaron con tanto cariño como generosidad. Todo esto hizo posible que los padres pudiésemos tener momentos de formación y oración profunda, mientras los niños vivían su propio “mini-FamiliON” lleno de juegos, catequesis y talleres.
El esquema de cada día fue sencillo pero lleno de sentido: comenzábamos ofreciendo el día al Señor y a la Virgen; después, los adultos teníamos una charla formativa, mientras los niños se quedaban con los monitores. Tras la comida recuperábamos a nuestros hijos para pasar la tarde juntos como familia, rezábamos el Rosario a las 16:00, vivíamos alguna actividad especial y terminábamos cada jornada en torno a la Eucaristía, el centro y culmen de todo lo que hacíamos. Y cuando los niños se iban a dormir, aún quedaba espacio para tertulias, alabanzas o simplemente descansar juntos.
Miércoles 13: Redescubrir la Eucaristía
La primera charla la impartió Marta Riol, que nos habló del Avivamiento Eucarístico y nos introdujo en la vida de Carlo Acutis. Su pasión nos dejó un mensaje grabado: “Que nunca me acostumbre a comulgar”. Era como una invitación a redescubrir lo que tantas veces damos por hecho: que Cristo mismo se nos da cada día en la comunión.
Por la tarde visitamos el Museo del Real Sitio de Covadonga, descubriendo la historia del santuario. Y los niños vivieron un regalo inesperado: una actuación en directo de Valivan, que con sus personajes Renata y Leopoldo les enseñaron parábolas y canciones llenas de Evangelio. Fue un momento de alegría pura.
Jueves 14: Sanar heridas con Cristo
El P. José María García Castro nos compartió su experiencia de acompañamiento a tantas personas a través de lo que él llama Cristoterapia. Nos enseñó cómo el Señor puede curar heridas usando incluso nuestra imaginación y vivencias. Terminamos agradeciendo a Dios con una pequeña alabanza.
Por la tarde nos desplazamos a Las Arenas, en Cabrales, donde visitamos el Museo del Queso en unas cuevas. Allí conocimos el proceso del famoso queso de Cabrales con denominación de origen: una experiencia sencilla, pero muy entrañable para grandes y pequeños.
Viernes 15: Peregrinos, no turistas
Ese día nos acompañó Juan Serrano, profesor de teología en la UFV, que también participaba con su familia en el FamiliON. Nos hizo reflexionar sobre la identidad del cristiano y como vive un cristiano en nuestro tiempo, y nos habló de las diferencias entre vivir como peregrinos o como simples turistas. Fue una llamada a vivir con profundidad. Nos invitaba a escuchar su podcast Club Dalroy sobre cultura católica y familia.
Por la tarde, con el calor intenso, fuimos a una piscina cercana. Allí los niños disfrutaron de lo lindo, y concluimos celebrando la Misa en la Virgen de la Cueva en Infiesto, un lugar precioso que nos ayudó a experimentar la frescura de la fe.
Sábado 16: La vida como historia de Dios
El sábado nos acompañó Diego Blanco, escritor, guionista y productor de televisión. Nos habló del poder de los cuentos y de cómo las historias están pensadas para transmitir verdades profundas. A partir de ahí nos hizo mirar nuestra propia vida con otros ojos: como un relato que Dios mismo ha ido escribiendo, con nuestras heridas y cicatrices.
Nos dejó una frase que aún resuena en muchos de nosotros: “La vida de cada persona es un cuento de hadas escrito por la mano de Dios”. Escuchar esto nos hizo tomar conciencia de que nada en nuestra vida es casualidad, que incluso lo que más nos cuesta puede ser parte de ese gran relato de amor que Dios escribe para cada uno.
Por la tarde vivimos una jornada más tranquila en Covadonga, que culminó con la Misa en la Santa Cueva de la Virgen de Covadonga, un momento de intimidad con María y con el Señor que nos ayudó a reconocer que también nuestra historia está siempre bajo su cuidado maternal.
Domingo 17: Poesía que llena el corazón
El último día nos visitó Alfonso Paredes, abogado y escritor, que nos habló “desde las tripas”, como él mismo dijo. Nos mostró cómo la poesía y la literatura no son algo lejano ni académico, sino un camino concreto para ensanchar el corazón y abrirlo a Dios. Sus palabras fueron sencillas y a la vez muy profundas, porque nacían de su propia vida y de su experiencia personal.
Con él comprendimos que la belleza de un poema o de un buen libro puede ser también un lugar de encuentro con el Señor, una manera de alimentar el alma en medio de la vida cotidiana. Fue un cierre perfecto, que nos invitó a no tener miedo de buscar a Dios en lo bello, en lo humano y en lo verdadero.
Tras su intervención, celebramos juntos la Eucaristía final de acción de gracias. Sabíamos que el FamiliON llegaba a su fin, pero también que algo había quedado sembrado en cada familia. Después de la comida, llegó la hora de las despedidas, con el corazón lleno de gratitud y el deseo de volver a encontrarnos.
Un testimonio de fe y familia
Más allá de las charlas, excursiones y actividades, lo que marcó la diferencia fue el espíritu de familia. Compartimos la fe como padres, hijos, jóvenes y adultos, y descubrimos que cuando abrimos espacio a Dios en comunidad, Él multiplica la alegría y la paz. Cada misa, cada Rosario, cada conversación después de cenar fue sembrando algo profundo en nosotros.
La Virgen de Covadonga, con su ternura de Madre, nos acompañó en cada paso. Sentimos que nos acogía en su casa y que nos enseñaba a vivir la fe de manera sencilla y alegre.
Queremos dar gracias a todos los que hicieron posible esta convivencia:
- A las jóvenes universitarias, que con paciencia y entusiasmo cuidaron de nuestros hijos.
- A las cocineras voluntarias, que pusieron amor en cada plato servido.
- A todas las familias participantes, que con su apertura y alegría dieron vida al encuentro.
- Y de modo muy especial a Sara y Luis, cuya entrega y esfuerzo hicieron posible organizar este FamiliON en Covadonga.
Volvemos a casa con el corazón lleno. Estos días nos han mostrado que no estamos solos en el camino de la fe: que la Iglesia es familia y que merece la pena caminar juntos. Covadonga nos regaló descanso, amistad, fe compartida y sobre todo el abrazo maternal de la Virgen.
El FamiliON ha terminado, pero lo que allí vivimos nos acompañará siempre.
Testimonios:
"Muchas gracias a todos por estos días. Han sido un descanso y una preciosidad. Lo que no me ha gustado es que me llevo deberes para todo el curso, pero bueno, me gusta la rumiación y el trabajo interior que me acerca más a Dios. Ha sido un regalo conoceros."
"Muchas gracias a todos por estos días juntos, ha sido un gran regalo del Señor haberos conocido.
En especial gracias a Sara y Luis por organizarlo todo.
Esperamos volver a veros pronto 🥰"
"Muchas gracias a todos por vuestra entrega en estos días! Dios y la Virgen han estado muy presentes y han colmado el corazón! Espero que durante el año sigamos aprovechando todo lo que se nos ha regalado y el año que viene volvamos a recargar pilas!!! Mil gracias a todos!!"











