Esta mañana, 13 de diciembre de 2022 a las 7 y cuarto de la mañana hemos tenido la primera Misa Rorate de este Adviento.
Quedan más… ¡no te las puedes perder! :
- 15/12/2022 a las 7:15H
- 20/12/2022 a las 7:15H
- 22/12/2022 a las 7:15H
La Iglesia hace aún más visible esta verdad con una antigua tradición (a menudo olvidada) llamada Misa “Rorate Caeli”. Esta misa votiva durante el Adviento en honor de la Santa Madre recibe su nombre de las primeras palabras del canto de apertura en latín, “Rorate caeli”, es decir “Derramad, oh cielos”.
Esta celebración de la Eucaristía se celebra tradicionalmente a oscuras, con la única luz de las velas y justo antes del amanecer. El simbolismo de esta misa es abundante y es una expresión suprema de la temporada de Adviento.
Primero de todo, ya que la misa se celebra antes del amanecer, los cálidos rayos del sol invernal van iluminando lentamente la iglesia. Esto es reflejo del tema general del Adviento, un tiempo de expectativa y espera ansiosa por la llegada del Hijo de Dios, la Luz del Mundo.
Conectado con este simbolismo está el hecho de que esta misa se celebra en honor de la Santísima Virgen María, a menudo tratada con el título de “Lucero del Alba”. Astronómicamente hablando, el “lucero del alba” es el planeta Venus y se ve con más claridad en el cielo justo antes del amanecer o después del ocaso.
En ese momento es la “estrella” más brillante en el cielo y proclama o abre el camino al Sol. La Santa Madre es el auténtico “Lucero del Alba”, siempre señalándonos a su Hijo, y así la Misa “Rorate” nos recuerda el papel de María en la historia de la Salvación.
En segundo lugar, nos recuerda la verdad de que la oscuridad de la noche no dura, sino que es siempre rebasada por la luz del día. Es una verdad simple que a menudo olvidamos, especialmente en medio de una prueba de tinieblas en la que todo el mundo parece inclinado a destruirnos. Dios nos tranquiliza diciéndonos que esta vida es solo temporal y que somos “forasteros y huéspedes” en una tierra extranjera, con destino al Paraíso.
Por último, encontramos un hermoso destello de simbolismo en la costumbre de que todos los presentes sostengan velas encendidas a lo largo de la misa. Ciertamente, es una forma práctica de iluminar la iglesia, pero también simboliza la realidad de que la oscuridad es repelida por la unión de muchas luces individuales.
En definitiva, la Misa “Rorate” es una bella tradición en la Iglesia que nos ayuda a entrar en la temporada de Adviento. Por encima de todo nos ayuda a recordar y a reflexionar sobre una verdad central de nuestra fe: la oscuridad es una sombra pasajera y huye más rápidamente cuando ve una multitud de luces.
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