La práctica cristiana de este mes de abril nos invita a rezar por una persona o personas cercanas en casa. Aprovechemos la sugerencia de nuestros sacerdotes para llevarla a cabo con entusiasmo.
Rezar por alguien en casa
Las oraciones que están dirigidas a la familia es una de las prácticas más importantes dentro de los hogares que creen en Dios, ya que ayudan a mantener la armonía y la paz entre los miembros de la familia, y por consiguiente en el propio hogar. En este tipo de oración los integrantes de la familia pedirán por los que conviven en el hogar y estén pasando por alguna necesidad, estén enfrentándose a debilidades o que estén sufriendo por alguna causa.
Con esta práctica doméstica de orar unos por otros los miembros del hogar alimentarán su fe personal y permitirá reforzar la relación entre los mismos, de este modo la fe se alejará de ser estéril, no será una declaración o una postura personal, sino que se convertirá en un canal de gracia por el que se desea y se hace el bien a los demás.
Texto del Evangelio
Pues si alguno no cuida de los suyos y sobre todo de los de su casa, ha renegado de la fe y es peor que uno que no cree. (1Tm 5,8)
Ejemplos para la práctica
Proponemos como la actividad más importante al iniciar el día dedicar al menos unos minutos de la oración por los miembros de nuestras familias.
Ejemplos de peticiones:
- Por la unidad en la familia.
- Por el crecimiento espiritual de cada miembro de la familia.
- Por la salud física de los miembros de la familia.
- Para que un miembro de la familia sea dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo y guste del bien.
- Para que un miembro de la familia sea honesto consigo mismo y pueda reconocer decisiones equivocadas.
- Para que un miembro de la familia cure cualquier amargura en su corazón.
- Para que un miembro de la familia conozca el amor de Dios y su palabra.
Recordemos que en la oración la petición, la alabanza y la acción de gracias deben unirse.
No desfallezcamos aun cuando nos parezca que no se responde a nuestras esperanzas –los tiempos en el cielo son distintos a los nuestros.
Mantengamos la práctica –los discípulos son conocidos por su disciplina.
Puedes leer también otras prácticas cristianas: