El pasado sábado 13 de noviembre de 2021 pudimos disfrutar de la peregrinación a Moraleja de Enmedio, lugar donde se produjo el prodigio Eucarístico.
A continuación la preciosa reflexión de Pilar y las fotos de la ocasión.
No creo que, a las Misioneras del Santísimo Sacramento, ni a Don Ignoto Anónimez de los Diez Minutos con Jesús, les importe que defina nuestra peregrinación a Moraleja de Enmedio como un ‘cachito de cielo’. Visitar al Señor es siempre fuente de alegría y serenidad, pero saber que íbamos a ver un prodigio eucarístico era más que emocionante.
El Señor nos tenía guardadas muchas gracias ese día, la primera fue levantarse y ver un día tan bello, limpio, cristalino, fresco y soleado. Allá nos encaminamos, un pueblo esperanzado con sus problemas, líos, alegrías y tristezas, en distintos modos de transporte, para mí un segundo regalo ya que vi el reflejo de cómo el Señor nos llama a cada uno de distinto modo y con diversos medios.
El Señor también tiene distintos tiempos para todos, una tercera gracia. Los que fuimos andando partimos antes y tardamos un poquito más en llegar. Nuestro camino fue llevadero gracias a la guía de Andrés, los cantos de nuestros salmistas, la alegría de los niños, la entereza de los más mayores, las risas y vozarrones de los jóvenes, y el cuidado permanente de nuestros pastores Jaime y Tin. Era impactante vernos a todos caminando a nuestro ritmo, unos esperando por los otros, y saber que esa columna estaba siendo guiada por nuestra Madre, la Virgen, a la que rezamos un rosario durante el trayecto.
Los que fueron en bici, que llegaron más rápido, tuvieron el acompañamiento de Rafa, nuestro diacono. Ellos también se encomendaron a Nuestra Señora, y también tuvieron sus dificultades que superar, y el Señor les dio la fuerza para la tarea. Aquellos que no pudieron venir ni caminando ni en bici, y fueron en coche, esperaron a ciclistas y caminantes a las puertas de la iglesia de San Millán para recibirles con cálidos aplausos de celebración y alegría.
Llegar a la Iglesia fue motivo de mucha emoción y el Padre Rafa, el párroco, se volcó enteramente con nosotros. Nos explicó, con la delicadez que le caracteriza, el recorrido histórico y de fe del prodigio eucarístico, y nos transmitió el amor tan extraordinario que Jesús, presente en la Eucaristía tiene por nosotros, y el amor que a su vez tuvieron los feligreses de Moraleja cuando arriesgaron su vida por proteger las Sagradas Formas. El padre Rafa nos animó a, que en Moraleja ante el prodigio hay que pedir y pedir cosas grandes. Aquí pude ver nuestra cuarta gracia que vino acompañada de la celebración de la Eucaristía.
Tras la comida, que fue, aunque suene cursi, fraternal y divertida, tuvimos una hora de adoración, en la que el Padre Rafa, nos regaló nuestra quinta gracia, y permitió bajar del sagrario especial que custodia las Sagradas Formas, el cáliz transparente en el que se conservan, para que todos pudiéramos a ver a Jesús y adorarle.
Finalmente, al igual que los Reyes Magos, los caminantes, ciclistas y conductores volvimos a casa por otro camino, y así es, porque con esta peregrinación, nuestra vida ha cambiado y queremos seguir avanzando por la vía de la santidad para que al final de nuestro peregrinar por esta vida, podamos alcanzar nuestro ‘cachito de cielo’, del que pudimos tener un adelanto el pasado sábado.
Gracias a Dios y a la Virgen, y por supuesto a la Asociación Cultural de san Juan de Ávila, nuestros sacerdotes y diácono, y a todos los que han hecho posible que disfrutáramos de un día tan pleno.
Pilar.
La Bendición y el camino
El padre Rafael, párroco de la Iglesia de San Millán, nos explica el prodigio Eucarístico.
La Celebración de la Misa
La Comida
Adoración al prodigio Eucarístico, expuesto en el copón sobre el altar
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