Hoy tercer sábado de la Pascua nuestro seminarista Antonio comparte con nosotros la meditación.
Sábado III de Pascua (2-5-2020)
“Y con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen”
Mirada alta, siempre hacia el Padre. El camino que ha hecho el Hijo ha sido de descendimiento hacia nosotros, pero no para quedarse aquí, sino para darnos la vida que nos eleva al Cielo. Él es la Palabra, es “espíritu y vida” que hace que no te quedes en el mundo, en la carne que “no sirve para nada”. Tenemos que dar el paso de una vida egocéntrica a una Cristocéntrica.
“¿Esto os escandaliza?” Los que no creen en Cristo se escandalizan de nuestra fe porque piensan que nos dedicamos a hablar con nosotros mismos en eso que llamamos oración. Es normal que duden, porque Jesús ha dicho que “nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede”, pero ¿a ti te lo ha concedido? “¿También vosotros queréis marcharos?” es la pregunta que hoy te hace el Señor. Estas en su Iglesia, el Padre te ha tendido la mano en Jesús para que pongas tu corazón en Él, para que fijes tu mirada en Él y te decidas entre una vida mediocre o una vida de altura, seguirle o abandonarle.
Jesús ha hecho signos en tu vida, como luego los hizo Pedro con otros, y siempre fue para elevar los ojos al Padre. Puede que para creer en Él necesites a alguien que te ayude a verlos. En María Dios hizo maravillas. En su vida todos nos identificamos porque todo hijo se parece a su madre. Contémplala a ella y será espejo de tu alma para que veas en tu vida la obra del Padre que te invita a elevar la mirada a más, más y más.
Antonio, seminarista
Descargar: Meditación_III_Sábado_Pascua
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