Nuestro seminarista Antonio ha compartido con nosotros la meditación correspondiente al sexto miércoles de Pascua.
Miércoles VI de Pascua (20-5-20)
“Al Dios desconocido”
“Veo que sois en todo extremadamente religiosos”. Parece irónico el tono con el que San Pablo se dirige hoy a los atenienses en el Areópago. Ciertamente tenía que ser impresionante ver elevadas estatuas de dioses diversos de infinidad de cosas: de la vida, la juventud, la belleza, la guerra… Hasta de aquel dios que no conocieran. ¿Qué diría de nosotros San Pablo si nos viera ahora?
Nosotros también elevamos en nuestros corazones estatuas a diferentes dioses: el trabajo, la familia, la salud, los amigos, el reconocimiento, la vanagloria… Pero, fíjate, al dios desconocido no nos atrevemos. Nadie eleva una estatua a un dios que no pueda dominar, que no satisfaga sus deseos. Menos a uno que supuestamente se ha hecho hombre, ha muerto y ha resucitado por ti (¡ojo!, que la muerte es el principio de la vida plena, ¡vaya invención! ¡Quién va a seguir a este!).
Los griegos, aun abiertos a acogerlo, lo niegan porque sobrepasa su dominio de esta vida. Nosotros, ¿tenemos hueco para Dios en nuestro corazón o no? Es más, ¿derrumbo a todos esos dioses para que Él ocupe el lugar que merece en mi vida? Sólo quien está abierto al amor en su corazón lo recibirá. Tranquilo, para eso vuelve el Señor al Padre, para enviarnos el Espíritu de la verdad que “os guiará hasta la verdad plena”.
Antonio, seminarista
Descargar: Meditación Miércoles VI Pascua (20-05-2020)
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