Tercera entrega de fotos del Campamento de Montañeros de este año con el testimonio de Dani.
Hace tres años Dios quiso que empezásemos a caminar en la parroquia el grupo de Montañeros de San Juan de Ávila, como dice nuestro grito, por Cristo, por María y por España. Y, como Dios todo lo tiene pensado, ha preparado este campamento para su Madre y en la cuna de España. En Covadonga se inició esa Reconquista que fue volver a instaurar el reinado de Cristo en España y nuestra peregrinación al Santuario ha dado un calor abrasador a nuestro deseo de que Cristo vuelva a reinar.
El campamento empezó con el asombro de vernos rodeados por tanta montaña que ni siquiera veíamos los primeros días por la niebla; pero que, según hacíamos las marchas y empezábamos a subir, esa niebla se disipaba y nos revelaba un paisaje por el que casi nos veíamos superados. Nadie negará el cansancio de subir hasta allí, pero a cualquier montañero, al ver esos picos tan altos, nos invade un deseo de subirlos si así estamos más cerca del Creador.
Todo el campamento era una llamada, Cristo nos llama a seguirle personalmente. Pero para muchos, ha sido también un tiempo de forjar esa amistad con Cristo a la que estamos llamados. Como jefe de la patrulla 3 Cristo me llama a desgastar mi vida por los que Él me ha encomendado. Siendo no muchos chicos, pero sí los que Él ha llamado y los que Él ha querido.
Seguir y servir a Dios, porque siguiéndole eliges la parte mejor. Y es que, todo montañero está llamado no solo a seguirle, sino a darle a Dios más que nadie, estar con Él más que nadie y querer siempre la mayor gloria de Dios. Como jefe, puedo asegurar que no hay nada más grande ni mejor que desgastarse por Él, pero que nadie le da tanto a Dios como María, y que por tanto debe ser, no solo reflejo, sino madre y peregrina con la que caminemos de la mano.
Además, hemos tenido la suerte de ser testigos de unas promesas de aspirantes de la Congregación y de la renovación de los congregantes delante de la Santina.
El camino de Dios nos hace salir de nosotros mismos y nos puede parecer sacrificado, pero lejos de todo ello, es apasionante. Los tiempos los pone Él y el dónde también, yo ahora seguiré caminando en otro lado, pero siempre agradecido y en deuda por todo lo que Dios me ha dado en Montañeros. Dejaos hacer por Él.
AMDG
Daniel Ramos.
Jefe de la Patrulla 3.
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