El domingo 31 de agosto de 2025 fue el último día de nuestro diácono Enrique en la parroquia pues este curso cambia de parroquia.
Ha querido compartir una carta de despedida con todos nosotros.
Querida comunidad de san Juan de Ávila:
Quisiera hacer una profunda acción de gracias a Dios por estos cuatro años que hemos compartido juntos.
Gracias por acogerme con tanto cariño y amor en mi primer año, de veras que fue muy fácil el sentir la alegría de servir a Dios en esta parroquia desde el comienzo.
Quiero dar gracias a Dios por el grupo de juveniles Nazareth y Jerusalén en los que empecé como catequista, procurando transmitir la belleza del Evangelio. También por el grupo de monaguillos en el que siempre he procurado esforzarme por acercar a estos muchachos a Jesús eucaristía, mediante el servicio del altar.
Por el grupo de montañeros, por todos los que han pasado como acampados y jefes, realmente ha sido una bendición compartir tanto tiempo en las marchas, convivencias y campamentos. En la montaña siempre he encontrado a Dios compartiendo el camino junto a otro.
Quiero dar gracias a Dios porque recibí el ministerio del lectorado en la parroquia y me pudisteis acompañar también en el acolitado que recibí en la parroquia de la Asunción.
Doy gracias a todos los matrimonios que han sido para mí testimonio fiel del amor de Dios en la familia y en el mundo, junto con todos los monitores que hacen posible las reuniones por su apostolado.
Agradezco mucho el poder haber estado en el grupo de Liturgia, procurando vivir más profundamente el misterio de nuestra fe.
Por todas y cada una de las horas santas de los jueves en las que hemos acompañado al Señor en la Eucaristía.
Ha sido una bendición enorme haber podido acompañar a los jóvenes universitarios, alentándolos a permanecer en el amor de Dios, tanto en el grupo de los viernes como en la convivencias.
Doy gracias a Dios por la residencia Emera, por las visitas que hemos hecho para ver a nuestros mayores y transmitirles al Señor.
Gracias por haberme acompañado en la ordenación diaconal y por recibirme en mis primeros pasos como consagrado al Señor.
Doy muchas gracias a Dios por el milagro de las cenas Alpha, en las que toda la parroquia se ha convertido en misionera y por las alabanzas en las que hemos descubierto a rezar de otra manera.
Gracias al grupo de adultos en el que siempre hemos compartido apasionadamente la fe, para ver con esperanza al mundo en el que tiene que triunfar el amor de Cristo.
Doy gracias al Señor por el grupo de catequesis de este año que han hecho la comunión, por todos ellos que son los preferidos de Jesús.
Doy muchas gracias a Dios por la congregación mariana, por sus integrantes, por su labor de acercar a la Virgen y mostrar su amor maternal a todos. Por el grupo de los profesionales, los aspirantes y todos los que conforman está preciosa compañía de María.
Quiero dar gracias a Dios por todas las fiestas parroquiales, los días del deporte, festivales de Navidad y otras celebraciones en los que he visto la familia que es la Iglesia. Por haber podido disfrutar de la JMJ y el jubileo con los jóvenes.
Doy gracias a Dios por el grupo de juveniles Galilea con los que compartimos el jubileo de adolescentes, siendo una aventura que solo la Providencia podría haber planeado.
Gracias por los últimos días del oratorio de adultos en los que hemos rumiado y gustado la palabra de Dios.
Gracias por todas las misas del domingo, la celebración de la Navidad y la Semana Santa, las comuniones a enfermos y la exposición diaria, es en la Eucaristía donde nos hemos hecho un solo cuerpo en Cristo.
Doy gracias a Dios por el grupo de Cáritas, de los catequistas, de los pequeños peregrinos de los viernes, del equipo de bautizos, de Biblia y del padre Pío. Por el grupo de madres que con su oración sostienen a toda la comunidad.
Doy gracias a Dios por la Asociación y su misión de acercar a otros a la casa de Dios. Por el grupo de teatro y su arte.
Por los curas: Jaime, Tin, Rafa y Agustín que me han animado a siempre dar más y más. Gracias por vuestra entrega y servicio. Por ser imagen del Buen Pastor para la comunidad y haberme demostrado que esta vocación es hermosa.
Por Rebeca que me ha enseñado a rezar mejor y es luz en este mundo por su consagración a Jesucristo.
En resumidas cuentas: ¡Gracias Señor! Porque me has hecho muy feliz en esta parroquia, porque les quiero sinceramente y me los has regalado como un don durante cuatro años. Mi único deseo es que todos sepan que nuestro Dios es amor.
Os pido que recéis por mí en este nuevo ministerio que comienzo.
Os llevo en el corazón. Enrique
¡Cuenta con nuestra oración y agradecimiento!
El próximo 12 de octubre estaremos D.m. en el Cerro de los Ángeles para acompañarte en tu ordenación y continuar rezando por ti.


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