Campamento de Montañeros 2024: fotos y testimonios 2

Continuamos con las fotos y testimonios de los Montañeros de la parroquia que disfrutaron de su campamento en Saravillo entre los días 2 y 13 de julio de 2024.

Alex y Lucía nos dan su testimonio. ¡Gracias chicos!

Este año el campamento ha sido totalmente nuevo, sitio diferente, una peregrinación distinta a las de los otros años; pero quien dijo que los cambios fueran malos.

Ha sido una experiencia maravillosa, con sus altos y bajos, como todo en la vida. Hemos aprendido la importancia de la humildad y a no juzgar a un libro por su portada con la historia del rey David, lo que es el compañerismo y el esfuerzo colectivo con las veladas y las competiciones deportivas y el sentido del sufrimiento con las marchas siendo capaces de superar hasta los momentos más duros todos juntos apoyándonos unos a otros.

Este año María nos ha amparado bajo su manto con especial amor y cariño llevándonos hasta Lourdes donde nos hemos maravillado de la Virgen su historia y la belleza de su santuario.

Un campamento que termina en Lourdes no puede no ser espectacular. Este año los paisajes nos han dejado con la boca abierta desde el propio campamento a las marchas por la zona y en Francia. La naturaleza nos ha abrazado con su inmensidad y belleza.

Me encantaría darle las gracias y felicitar por su enorme trabajo y sacrificio a la gente que hace este campamento posible los sacerdotes, los jefes, los cocineros y todos aquellos que forman parte de esta locura tan maravillosa.

Y a nivel personal quiero agradecer a todos y cada uno de los chicos de mi patrulla por todo lo que me habéis enseñado no solo en el campamento si no a lo largo de todo el año, los valores de la amistad, el sacrificio y el respeto; sois los mejores y lo sabéis.

Por Cristo, por María y por España. Más, más y más

Alex SP, jefe patrulla 6

Todo comenzó un martes, 2 de julio de 2024. Llegábamos por fin a Saravillo después de un viaje interminable en bus, algunos con más ganas e ilusión que otros y otros con una gran pereza que no podían con ella. Yo pertenecía a este último grupo, sin embargo, Dios me tenía algo muy grande preparado.

Tras la primera marcha, vi que el Señor había puesto en mi camino a trece niñas que me enseñaban mas lecciones de las que yo podía enseñarles a ellas. Rebeca nos dijo un día que la Virgen siempre se le aparecía a los niños pues ellos son el imán de su amor y transmiten el verdadero significado de sencillez e inocencia. Dios quería que en este campamento las guiara hacia el verdadero camino del amor y felicidad, que es él. Tras esa primera marcha decidí espabilarme y dejar de lado mis perezas para centrarme en lo que de verdad importaba.

Ha sido un campamento lleno de emociones y actividades, como las competiciones deportivas, varias gymkanas, rxp, veladas y talleres acompañados de días soleados y también días lluviosos e incluso una tormenta eléctrica en la cual nos tuvimos que refugiar todos en el albergue. Por otra parte, también tuvimos marchas por las montañas, Tras las cuales llegando a la cima cansados y agotados veíamos lo bonita que es la creación que Dios nos ha dado.

A punto de finalizar el campamento, los mayores comienzan su peregrinación de la mano de la Virgen y los pequeños con varios jefes y Rafa nos quedamos en el campamento. Fueron dos días intensos en los cuales el campamento se notaba vacío por la ausencia de los más mayores, sin embargo, disfrutamos esos días como ninguno.

Ya por fin nos incorporamos con los mayores en el último tramo de peregrinación y comenzamos todos juntos a peregrinar hacia Lourdes. Fue un camino bastante liso y sin cuestas, lo nunca visto en mi historia como montañeros. Y por fin llegó uno de los días más esperados y bonitos del campamento, la llegada a Lourdes donde todos juntos entramos por todo lo alto cantándola. La gente por la calle nos miraba como si estuviéramos locos, pero no nos importó lo más mínimo porque rebosábamos felicidad. Llegamos al santuario y allí arrodillados, bajo la cueva en la que la Virgen de Lourdes se apareció, dejamos nuestras intenciones y vio Dios que era bueno.

Lucía Polo, jefa patrulla 7