Peregrinación de familias. Tercer día

El 28 de agosto de 2024 fue el tercer día de la peregrinación de familias. El grupo de pereginos estaba formado por 87 personas de entre 2 y 74 años, entre ellos nuestros 2 sacerdotes, nuestra consagrada Rebeca y Miguel, religioso de los Esclavos de María y de los Pobres. ¡Qué maravilla!

Día intenso donde se ha visitado el santuario de “La Salette”, el Refugio de Grasla con la recreación de las luchas de los vandeanos y la residencia-castillo La Chabotière con un museo dedicado a la guerra de la Vendée. Por la tarde se celebró Misa en la iglesia de St Pierre en Cholet.

Elsa nos ha querido contar sus impresiones del día ¡Muchísimas gracias!

En nuestro tercer día de peregrinación para encontrarnos con nuestra madre en Lourdes, hemos podido preparar más el corazón y abrir los ojos para mirarla a ella.

Hoy en la recreación del santuario de “La Salette” hemos visto como nuestra madre llora desconsoladamente por nuestra culpa, como le pesa que blasfememos y no cuidemos nuestro comportamiento, pues ponemos peso en el brazo de su hijo y ella no será capaz de sostenerlo.

Además, hoy hemos contemplado con especial cariño la figura de San Agustín, un joven por el que su madre sufrió y derramó hasta la última lágrima. Como bien hemos entendido: “no se pierde un hijo hecho de tantas lágrimas”.

Más tarde, al visitar el Refugio de Grasla, nos hemos dado cuenta de que una vez más la fe vence. El objetivo de los habitantes de este bosque es acoger y dar cobijo a todos aquellos que estaban en contra de la República, y esto solo lo logran gracias a su fe. Sin duda lo más impactante es el signo con el que se diferenciaban de los republicanos, un corazón con una cruz encima, el sagrado corazón de Jesús.

De nuevo abrimos los ojos y vemos que el corazón de Dios es lo suficiente poderoso como para vencer cualquier batalla.

Para culminar la tarde, la visita a un castillo cuyos jardines y espacios naturales nos hacen ver como Él se recrea en la belleza de lo creado, en como cada detalle lo piensa y lo coloca perfectamente en nuestro camino.

Gracias Señor por tantos dones y gracias por el mejor regalo que nos hiciste, nuestra santa Madre.

Elsa.