Entre los días 24 y 28 de agosto de 2022 hemos tenido la peregrinación a Navarra de las familias de la parroquia.
Las fotos corresponden a los días centrales de la peregrinación. El jueves 25 comenzó celebrando la Misa en la iglesia del Castillo de Javier, luego visitamos Javier: castillo, museo y parroquia, por la tarde fuimos al Monasterio de Leire y al regreso visitamos la Foz de Lumbier, un paraje natural impresionante para finalizar la jornada disfrutamos una simpática velada.
El viernes 26 tuvimos la marcha de 10 kilómetros hasta Roncesvalles y allí celebramos la Eucaristía en la Colegiata, luego tuvimos una visita guiada por la Colegiata. el claustro, la iglesia de Santiago, el Silo de Carlomagno y el museo, por la noche tuvimos la Hora Santa en la parroquia de Javier.
Además Lorena y Maxiel van a contarnos su experiencia.
¡Muchísimas gracias por compartirlo con todos!
Testimonio
Una Javierada en nuestra juventud nos acercó al Señor y nos insertó en la Iglesia aquí en España, en un grupo de jóvenes con el que seguimos en contacto. Ahora después de 15 años, volvemos por primera vez con nuestras hijas, de la mano de nuestra querida comunidad de San Juan de Ávila y amigos. Ha sido una bendición, me ha permitido vivirlo con otra profundidad. El Cristo de Javier no lo conocía y es sin duda lo que más me ha impresionado. Me ha mirado… y me llevo grabada en el corazón su sonrisa.
Esta peregrinación ha llegado en el momento justo, El Señor nos cuida y no se le escapa detalle.
He disfrutado especialmente el poder meterme de este modo en la riqueza de la historia de España y el Cristianismo, tan íntimamente tejida, de la que he aprendido tanto y además me ha ayudado a recordar que El Señor lo puede todo y que no hay nada al azar en nuestra historia de amor con Él. La salvación del hombre, el anuncio de la buena nueva y cómo llega a todos los rincones para hacerlo accesible a todos los pueblos, es precioso verlo con esta perspectiva.
Está peregrinación ha sido una verdadera inyección de fortaleza en la Fe, porque, si San Ignacio, San Francisco Javier y tantos que hemos conocido en esta hermosa tierra, han llegado a la santidad, con la gracia de Dios, ¿por qué no yo? Se lo he pedido, así que… ¡a por ello! 🙂
Lorena.
Javier, Leyre y Roncesvalles
Tres sitios maravillosos y que no hicieron más que sorprendernos en cada momento.
Fue realmente impresionante cómo, viviendo a partir de tantos años de hechos históricos, te vas dando cuenta cómo el Señor va construyendo y va gestando todos sus planes, y es que el tiempo de Dios es maravilloso.
El segundo día empezó con una Misa en la basílica que alberga el sitio donde nació Francisco Javier, para mí mirar a este Santo tan perseverante, con un corazón pleno en la confianza en Dios, me hacía pedirle esa valentía; porque el Señor me dio la luz de verle tan cercano, de ver que los Santos empezaron un camino similar al de nosotros, solo necesitamos escuchar su voz.
Y esa voz, esa mirada, esa sonrisa, es la que vives cuando llegas a la capilla donde tantas horas pasaba Francisco Javier rezando a un Cristo que es precioso, que es Paz y Amor, que te embriaga con su dulzura, y que, aunque no te des cuenta, te va guiando en el camino que debes seguir. Para mí conocer al Cristo Sonriente y poder escaparme a hablar con él cada vez que podía, fue uno de los regalos más grandes de esta peregrinación.
Por la tarde fuimos a visitar el monasterio de Leyre, con paredes llenas de historia y con una Virgen hermosa que siempre escucha y acoge a sus hijos con ternura.
El día terminó con una velada que, como decían en uno de los testimonios, refleja que es la peregrinación de la sonrisa; y es que Irene, Dani, José Carlos, Iberia y Miguel nos regalaron una velada muy divertida, en la que mayores y pequeños participamos en juegos extraordinarios, donde, por supuesto, el equipo del Padre Tin (los martillos) fueron claros ganadores de un viaje para evangelizar China😊.Muchas risas, diversión y alguno que otro Tongo nos hicieron disfrutar de una velada extraordinaria.
Al día siguiente tocaba madrugar para dar un paseo hacia Roncesvalles, donde nos esperaba La Virgen patrona de los peregrinos.
En este tipo de caminos vives lo que es la vida en sí; tienes momentos duros, en los que las cuestas se hacen más largas, regalos de bocadillos y melones que te hacen recuperar fuerzas (aunque algunos querían de postre conguitos 😉) y en todas las etapas cuentas con compañeros de viaje que te hacen la etapa más fácil.
La Misa en Roncesvalles fue otro gran regalo, poder estar cerca de La Virgen, una imagen tan hermosa y cargada de ternura, en la que El Niño ve a su madre con ojos divertidos y juguetones; una imagen que me hizo volver a ver a esa madre dulce que te lleva con amor a su hijo.
El cierre del día terminó con innumerables regalos, todos ellos enmarcados en una Hora Santa en la iglesia donde fue bautizado San Francisco Javier. De la hora Santa hubo una frase que me marcó, que decía algo así como, tenemos que vivir la cruz como la vive el Cristo Sonriente, siempre con una sonrisa.
Mi familia tardó mucho en poder cerrar el viaje, no teníamos muy claro que pudiéramos asistir y al ver todos los regalos que hemos vivido en ella, sabemos que es El Señor el que lo mueve todo, el que te sigue guiando y ayudando a través de tantos ángeles, como compañeros de viaje te va poniendo.
Muchas gracias querida parroquia por hacer de esta peregrinación un regalo, tanto los que pudieron ir como los que rezabais por nosotros desde casa. ¡Sois maravillosos!
¡Un abrazo muy fuerte!
Gabriel, Alex, JR y Maxiel
Eucaristía en el Castillo de Javier
Visitando el Castillo de Javier
Visita al Monasterio de Leyre y a la Foz de Lumbier
Marcha a Roncesvalles
Eucaristía en la Colegiata de Roncesvalles
Visita guiada en Roncesvalles
Hora Santa en la parroquia de Javier
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