A continuación la meditación que nos ofrece nuestro seminarista Antonio correspondiente al cuarto viernes de Pascua.
Viernes IV de Pascua (8-5-2020)
“Volveré y os llevaré conmigo”
“Yo soy el camino y la verdad y la Vida”, “Yo soy el Alfa y la Omega”, “Yo soy” … No necesitas nada más, Él es el Señor, Él es el descanso de tu alma. Resuena el salmo: “Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo, arrancó mi alma de la muerte”, porque el es la vida, “mis ojos de las lágrimas”, porque Él es la verdad, “mis pies de la caída”, porque Él es el camino.
Cristo es el anhelo de felicidad que tanto ansias, es la paz que buscas en medio de la agitación de tu vida diaria. El Señor da un sentido nuevo a todos tus quehaceres cotidianos porque todo ha sido llenado por sus palabras de vida. Sólo tienes que seguirle. “Señor, no sabemos a dónde vas” le dice Tomás. Él se irá a prepararnos un sitio en el Cielo, nuestra meta, y volverá a buscarnos. ¿Cómo nos encontrará?
Vive la espera orante, como María, como los Apóstoles. Anunciar el Evangelio con tu vida y orar, “porque no sabéis ni el día ni la hora”. Dos cosas tan sencillas y que dejamos muchas veces de lado o para el último momento. En resumen, amar, no te pide más. Tan sencillo y tan difícil. Por eso, cuando te falten las fuerzas, dile al Señor: “Correré el camino de tus mandatos cuando me ensanches el corazón”. Puede ser un atrevimiento, pero sólo llenos del amor de su Corazón podremos amar.
Antonio, seminarista
Descargar: Meditación_Viernes IV Pascua
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