En este tiempo ordinario continuamos con las meditaciones, hoy compartida por nuestro seminarista Antonio.
Miércoles IX del Tiempo Ordinario (3-6-2020)
“A ti, Señor, levanto mis ojos”
Con el corazón en el Cielo y los pies en la tierra. Recuerda que estás en el mundo, pero no eres del mundo. Nuestra mirada debe dirigirse por encima de las realidades terrenas. ¿Qué les pasaba hoy a los fariseos? Que se regían únicamente por criterios humanos, limitados, condenados a acabar con la muerte, pero nosotros hemos estado con el Señor y sabemos que nada en este mundo está condenado a perecer sino a renacer.
Tantos días de Pascua, tantas experiencias profundas para darnos cuenta de que al final sólo Dios basta, sólo Dios es. Si Dios lo es todo en esta vida, entonces los criterios que rigen tus acciones deben ser criterios de vida eterna. Levanta la mirada, fija los ojos en el Señor, en su voluntad. Todos los días pregúntale: Señor, hoy, ¿qué quieres de mí? En lo que hago ¿te estoy alabando? En las dificultades ¿miro más allá, en la esperanza que hay detrás?
Fija los ojos en Él para a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús con conciencia limpia y valentía en el testimonio. ¿Te atreves a tomar parte de los padecimientos por el Evangelio? Si temes, escucha a Pablo poco antes del martirio: “padezco tales cosas, pero no me avergüenzo, porque sé de quién me he fiado”.
Antonio, seminarista
Descargar: Meditación Miércoles IX Tiempo Ordinario (3-6-2020)
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