Hoy quinto domingo de Pascua nuestro seminarista Antonio nos presenta la meditación. Que nos ayude a acercarnos a Jesús igual que hizo San Juan de Ávila.
Domingo V de Pascua (10-5-2020)
“Yo soy el camino y la verdad y la Vida”
¡Fuera de la Iglesia no hay salvación! Es una antigua afirmación de la Iglesia, y puede sonarte un poco dura, pero hagámosla más concreta: fuera de la parroquia no vas a encontrar el camino directo a la salvación. Cristo se ha desposado con la Iglesia, haciéndose los dos uno. “Yo soy el camino y la verdad y la vida”. ¿Cuál es el camino sino la Iglesia? ¿Qué es la verdad sino su palabra? ¿Dónde está la vida sino en los sacramentos? Comunidad, Palabra y sacramentos, las tres patas de tu fe.
¿Cómo te mira hoy el Señor? “como piedras vivas”, elegida y preciosa, que “entráis en la construcción de una casa espiritual”. En sí, tu vida es preciosa a los ojos de Dios. Él ha decidido habitar en ti como el nuevo templo, pero te quedas corto si piensas que puedes vivir como una piedra aislada en el campo. Tu vida es más bella en cuanto a que formas parte de un mismo edificio que es la Iglesia.
“Yo estoy en el Padre y el Padre en mi”. Si Cristo está en la Iglesia, en la Iglesia está el Padre y ahí es donde tienes que acudir para vivir tu fe, porque estás llamado a habitar en el Padre. Toda la Iglesia, y en concreto la parroquia, se edifica sobre la piedra angular que es Cristo, sobre el cimiento de los Apóstoles que son nuestros sacerdotes y por todas las piedras que somos tú y yo.
¿Formas parte de la parroquia? Tu fe se mide por tu vinculación eclesial, que es reflejo de tu compromiso por seguir a Cristo. Te juegas mucho en algo tan sencillo como detenerte a pensar: ¿Soy de la parroquia o paso por la parroquia? Todas las piedras no son iguales: hay columnas, muros, contrafuertes… Cada uno tiene su lugar: el grupo, un servicio a la comunidad como limpiar, preparar la misa, visitar enfermos, cuidar de los jóvenes… Busca tu lugar, porque Dios lo quiere, es más, te lo exige, para
que el bien que hace en ti lo compartas con tus hermanos. Lo necesitas, lo
necesitamos.
Que San Juan de Ávila nos conceda seguir edificando esta Iglesia que es camino hacia la Verdad y la Vida para cada uno de nosotros.
Antonio, seminarista
Descargar: Meditación Domingo V Pascua
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