El lunes 15 de julio de 2024, un grupo de 12 jóvenes de la parroquia tuvieron unos días de convivencia en Hervás (Caceres) acompañados por nuestros sacerdotes Jaime y Rafa y por nuestra consagrada Rebeca. Después de unos días en Hervás los jóvenes fueron a Fátima a ver a nuestra Madre, regresando el sábado 20 de julio por la tarde-noche.
Los chicos han querido compartir con toda la parroquia algunas de las fotos y Sofía y José se han animado además a contarnos su experiencia. ¡Muchísimas gracias! ¡Y muchísima gracias a la Virgen por acompañaros y cuidaros!
TESTIMONIOS
En esta convivencia el Señor me ha regalado ver la mano de la Virgen, sobre todo en las personas del grupo.
Día a día he podido ir viendo como la Virgen iba tirando muros y forjando lazos y amistades; y como iba deshaciéndose de mis inseguridades y abriendo mi corazón a los demás.
También me ha dejado claro que la Virgen es el camino más fácil y más rápido para llegar a Dios, ya que, aunque en Hervás me costó más entrar en oración, fue llegar a la casa de nuestra Madre y entrar de lleno en oración.
La Virgen me ha cuidado mucho y voy a estarla muy agradecida de esta convivencia.
Sofía.
El día 15 de julio empezaba nuestra peregrinación a Fátima, pero antes de llegar allí la Virgen quería que fuésemos primero a Hervás (Rafa, que calor hace en tu pueblo).
Allí pudimos disfrutar de la compañía del grupo y de muchas más cosas, juegos de mesa, baños en la piscina y en las pozas, cocinar juntos, rezar el rosario por la noche, vivir juntos la misa, descansar en el Señor… Sin darnos casi ni cuenta la Virgen de Fátima ya había empezado a tejer cosas en nuestro grupo.
El día 17 salimos rumbo a Fátima y, como Rebeca ya nos había avisado, el demonio hizo todo lo posible para que no llegásemos, con avería de coche incluida, pero no lo consiguió, por la noche estábamos ya con la Virgen. Al día siguiente fuimos a Valinhos, lugar en el que vivían los pastorcitos Lucía, Jacinta y Francisco y en el que se les aparece el Ángel de la Paz. Antes de llegar allí vimos una parte del muro de Berlín, Rebeca nos explicó la historia de la Virgen de Fátima y desde ese primer instante le pedí a la Virgen que tirase los muros que se habían formado en mi vida con otras personas.
En nuestra estancia allí hemos podido rezar mucho tiempo en la Capelinha, disfrutar de los rosarios de antorchas, rezar el via Crucis, celebrar la misa, y visitar todos los lugares en los que la Virgen actuó.
La convivencia ya se ha acabado, pero, gracias a Dios, la Virgen me concedió lo que le pedí y tiró todos los muros de golpe. Lo que más he disfrutado de esta convivencia ha sido la unión del grupo y el poder descansar en la oración.
Jose
HERVÁS
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FÁTIMA
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