El grupo de Montañeros de la parroquia San Juan de Ávila de Móstoles vivió un campamento muy intenso en Carreña de Cabrales, en los Picos de Europa, del 5 al 15 de julio. Este quinto año del grupo de Montañeros ha estado rodeado por la incertidumbre de la pandemia, lo que ha llevado a vivir una mayor confianza en los planes del Señor.
Con unos 80 participantes (contando a los dos sacerdotes, nuestro seminarista Javier y los jefes), el campamento ha supuesto un reto de esperanza y alegría. Ha estado muy marcado por la presencia de la Virgen y de muchos santos que han dado ejemplo de las virtudes que ha de vivir un buen montañero, como san Juan Pablo II, santa Catalina de Siena, el beato Carlo Acutis o el beato Pier Giorgio Frassati, patrón de los Montañeros. También ha tenido gran importancia la Divina Comedia de Dante -en el séptimo centenario de su muerte-, con la representación de la misma en un teatro preparado a lo largo de todo el campamento.
Con marchas en la montaña, oración, competiciones deportivas, veladas…, los Montañeros hemos crecido en amistad con Cristo y con la Virgen, buscando subir la cima más alta, la santidad, como dice nuestro lema, “¡Más, más y más!”. Hacia el final del campamento, los que habían perseverado en las actividades a lo largo del curso han podido recibir la pañoleta roja de Montañeros que les identifica como tales, símbolo de compromiso, pertenencia y especialmente un don de Dios. El campamento tuvo como punto más alto la peregrinación a Covadonga, que, aunque cansada y bastante embarrada, estuvo repleta de alegría, cantos, gritos de ánimo y ganas de encontrarse con la Santina, que esperaba con ganas nuestra llegada.
El campamento terminó en Santo Toribio de Liébana, donde tuvo lugar la entrega de insignias y galones y de los premios del campamento, finalizando con la Eucaristía en el templo del Monasterio, con la presencia del Lignum Crucis que testimonia la entrega total de Cristo en la Cruz.
Andrés, jefe de Montañeros
Este año, el campamento ha llegado con mucha fuerza; después de recorrer las cumbres madrileñas durante este curso, los Picos de Europa nos han marcado. Personalmente, ha sido un campamento espectacular. Primero por el sitio en el que estábamos, que nos ha permitido ver una ínfima parte de cuanto Dios nos ama y lo manifiesta a través de toda la creación: cada roca, cada planta, cada monte, grita: “Tengo sed de ti”. Segundo, ha sido una oportunidad de entrega para todos. Una entrega cada año mayor, por amor al Señor y de la mano de la Virgen. En la patrulla todos hemos sido testigos de los dones que cada uno hemos recibido, y en consecuencia nace esa actitud, esa entrega que trata de agradar a Dios. Además, los días de campamento (para nada menos intensos que los de marcha) han sido oportunidad de crecimiento en nuestra relación con el Señor. Por último, este año ha sido especialmente de la Virgen para mí; y poder estar con ella en Covadonga fue tan impresionante que parecía que el tiempo pasaba volando , y pudimos vivir de verdad el lema del campamento: Qué bien se está aquí.
Mario, jefe de la Patrulla 3
Gracias. Gracias, Señor, por estos días, por darnos Vida, por Tu entrega de amor hasta el extremo, por mirarnos y darnos a Tu Madre, el mayor y mejor regalo.
Solo se puede dar gracias a Dios por este campamento. A todo lugar que se mirara, ahí estaba Su Mano cuidándonos. Todo momento ha sido para decir “Qué bien se está aquí”.
Ha sido un regalo poder servir en el coro como instrumento de Dios, pero sobre todo ayudar con la patrulla 6. Cada niña te enseña que Cristo vive porque se encuentra en ella. Cada palabra con ellas era un abrazo de Dios. Y han hecho que cada piedra del camino fuera más fácil pasarla.
Y como en las bodas de Caná, el Señor siempre se guarda el vino mejor para el final, el último detalle de Su gran Alegría: Su Madre. Llegar a Covadonga después de una marcha en la que nos estuvo cuidando y guiando, fue la guinda del pastel. Nos regaló poder celebrar la misa a Sus Pies. Una misa que duró una hora pero que a Su lado fue como un instante.
Qué bien se está al lado del Señor y de la Mano de la Virgen, compartiendo días con tantos compañeros de Camino, que te ayudan a luchar por el siempre más.
Daniela, Patrulla 2
Pronto habrá más fotos y más testimonios. ¡Gracias Andrés, Mario y Daniela por contárnoslo!
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